sábado, 9 de julio de 2016

Eres.

Eres como los días de verano, esos en los que vas en el auto y en plena carretera sientes el aire en tu cara, alborotando tu cabello y en el que luego cierras los ojos solo para guardar esa sensación en tu memoria, esos días en los que el sol te da justo en tu cara, pero no te molesta, en cambio, cierras los ojos para disfruta la sensación de sentir el calor en tu piel, eres esa risa alegre de los niños que escuchas cuando estas en un parque, esas risas que te contagian a ti también y te llenan de algo indescriptible, eres lo que se siente con la inspiración, cuando te dejas llevar por tu imaginación y prácticamente viajas a otra dimensión para desconectarte de todo en el instante en que te dejas llevar... 

Pero... también eres el peor día de invierno, aquel que no soportas debido al frío, eres la sensación de cuando alguien te engaña, te deja caer, eres la sensación de soledad constantemente instalada en mi pecho, eres aquella preocupación que tienes cuando alguien querido esta entre la vida y la muerte, eres la noche, pero no la noche cuando te brinda su luz y su hermoso cielo como compañía, y la luna esta como tu confidente, sino la noche fría y oscura, sin luz, sin luna y sin estrellas, que te deja en medio de la intemperie, lleno de miedos y sin saber si lograrás salvarte, eres aquello en todo lo que piensan los suicidas, recuerdos malos y la muerte...

Pero así eres perfecto para mi, porque tu eres luz y oscuridad, lo bueno y lo malo, pero también.... Eres el inicio y el fin.





viernes, 8 de julio de 2016

Quizás.

Quizás, solo quizás algún día de nuevo te pueda ver y pueda sentir tu aroma, tu olor, pueda sentir como tu cuerpo y el mío compaginan perfectamente, tener la sensación de que al lado tuyo todo esta bien, ver tus ojos, tu perfecta sonrisa y quizás tomar de nuevo tu mano, sentir tus labios sobre los míos y tus manos recorriendo mi cuerpo con amor y dulzura, poder verte a los ojos y decirte cuanto te amo, cuanto te extraño. Quizás logre de nuevo ir a tu lado escuchando con atención cada cosa que mencionas y escuchar tu sonora carcajada, que era música para mis oídos, la calma en mi tempestad. Quizás algún día deje de extrañarte y sentir el vacío que se ha instalado en mi pecho desde tu partida, desde aquel día en Enero que te fuiste sin siquiera despedirte ni dar un aviso y quizás, solo quizás... en otra dimensión o en otra vida logre volver a verte.